CAMINO
DE SANTIAGO
Distintas
Etapas:
Vamos
a ver algunos de esos caminos.
EL
CAMINO FRANCÉS:
El Camino
que une Saint Jean de Pied de Port (Donibane Garazi) con Santiago de
Compostela es el eje más importante y popular de las peregrinaciones
jacobeas.
Desde el
descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en Compostela,
en el siglo IX, el Camino de Santiago se convirtió en la más
importante ruta de peregrinación de la Europa medieval. El paso de
los innumerables peregrinos que, movidos por su fe, se dirigían a
Compostela desde todos los países europeos, sirvió como punto de
partida de todo un desarrollo artístico, social y económico que
dejó sus huellas a lo largo de todo el Camino de Santiago. En
1993, Año Jacobeo, se produce el resurgimiento
peregrinal.
La mezcla de reto deportivo con religiosidad, con búsqueda de lo
auténtico y de uno mismo, todo ello escoltado por estilos románicos
y góticos, entre caballeros templarios y monjes benedictinos, entre
hayas y trigos, entre castaños y carvallos, entre leyendas y
milagros hacen del Camino
de Santiago una
experiencia singular.
CAMINO VÍA DE LA PLATA:
Hacía veinte años que los romanos habían
desembarcado en la península y no sólo habían conseguido doblegar
y expulsar a los cartagineses sino que se proponían ordenar un
rompecabezas de más de medio millón de kilómetros cuadrados
formado por tribus de astures, cántabros, celtíberos, galaicos,
lusitanos, turdetanos, vacceos, vascones, vetones y un largo etcétera
de pueblos aferrados a su tierra. En definitiva, un puzzle con miles
de piezas diseminadas que el ejército romano consiguió unir en el
año 19 a.C. tras más de siglo y medio de sangrientas guerras. En
ese largo periodo de cambios los términos Citerior y Ulterior
desaparecieron e Hispania pasó a estar dividida en las provincias
Tarraconense, Bética y Lusitania. La península ibérica estaba, por
fin, sometida al poder de Roma y los tiempos de la república habían
terminado a manos de Octavio
Augusto (63 a.C.-14 d.C.), que
se había proclamado emperador.
*Las distintas rutas de los caminos también
pueden hacerse a bici o a caballo
ROPAS Y MATERIALES INDISPENSABLES:
Las
botas. Obviamente,
en un viaje a pie, éste es el elemento al que más atención hemos
de prestar. Las más adecuadas son las denominadas botas de trekking:
ligeras, de caña alta para proteger el tobillo e impermeables al
agua. De todas formas, hay peregrinos que prefieren andar con calzado
de senderismo de caña baja o incluso con unas simples zapatillas
deportivas. En este último caso, la lluvia, el barro y los fuertes
desniveles pueden ponernos en apuros. Está claro, eso sí, que nunca
las debemos estrenar el mismo día en que empezamos el Camino; todo
lo contrario, debemos haber andado muchos kilómetros con ellas.
La
mochila. Debe
tener entre 45 y 55 litros de capacidad. Debe ser anatómica y de
altura regulable para adaptarla mejor a la espalda.
La
ropa. Dos
mudas para andar y otra para después de la ducha es suficiente. En
épocas de calor, las camisetas térmicas de verano son mejor que las
clásicas camisetas de algodón, pues son muy ligeras, transpirables
y no retienen la humedad. En invierno es necesario llevar ropa de
abrigo, y en verano no debemos olvidar llevar un polar delgado.
El saco
de dormir. En
verano con uno de +15 (grados de confort) es suficiente. Algunos sólo
pesan 700 gramos. Para otras épocas del año necesitaremos uno de
+10 o +5, que no supere el kilo de peso.
El
bordón. Es,
junto con la vieira,
el elemento simbólico más significativo vinculado al hecho de la
peregrinación. Además, es muy útil tanto para acompañar el paso
como para tener un punto más de apoyo en las bajadas. Por el tipo de
camino que encontraremos, el más adecuado es el tradicional bastón
de madera respecto al más moderno palo de montaña de tipo
telescópico.
Para la
lluvia. La
mayoría de los caminantes llevan una capa impermeable (el conocido
poncho) que también cubre la mochila, pero resulta incómodo si
sopla el viento. Una buena alternativa es llevar una chaqueta y unos
pantalones impermeables, y un protector impermeable para la mochila.
Incluso es una buena idea llevar un pequeño y ligero paraguas.
Para el
sol. Es
imprescindible llevar un sombrero o una gorra con visera y crema de
protección solar.
Para el
frío y el viento. Además
de la ropa adecuada, no debemos olvidar llevar alguna prenda para
proteger la cabeza. Según la época del año, también llevaremos
bufanda y guantes.
Otro
calzado. Es
recomendable un calzado cómodo para descansar y pasear, una vez
finalizada la etapa.
La
esterilla. La
esterilla, o aislante de caucho, nos será útil si alguna vez
debemos dormir en el suelo. Y también para descansar o hacer una
siesta en el campo.
Para la
ducha. Chancletas,
una pequeña toalla y los productos higiénicos necesarios.
El
botiquín. Debemos
tener presente que en los albergues hay un completo botiquín a
disposición de los caminantes y, además, encontraremos muchas
farmacias a lo largo del Camino. Por lo tanto, será suficiente con
llevar: aspirinas, agujas hipodérmicas, desinfectante, tijeras,
gasas, pinzas y esparadrapo (de tela y ancho).
El
móvil. Es
prescindible, pero si se viaja solo será un importante elemento de
seguridad.
Documentación
básica. El
DNI, la tarjeta de la seguridad social o entidad médica
correspondiente, y la credencial del peregrino.
Material
adicional. Una
pequeña linterna
frontal para
movernos de noche en el albergue, una funda
de cojín por
cuestiones higiénicas, detergente para
lavar la ropa, pinzas para
tenderla e imperdibles para
colgarla de la mochila si al día siguiente todavía no está seca.
También una cantimplora, pañuelos
de papel, papel
higiénico,
un reloj
con función de despertador, tapones
para las orejas para
quien lo crea conveniente, y dinero y tarjeta
de crédito.
CREDENCIALES, SELLOS DEL CAMINO Y
LA
COMPOSTELA:
¿QUÉ ES LA CREDENCIAL?
La credencial es el carné del peregrino,
el documento personal que
te acredita como tal. Se entrega exclusivamente a las personas que
peregrinan a Santiago de Compostela a pie, en bicicleta o a caballo.
Tiene forma de acordeón y en él figuran los datos del peregrino,
así como una serie de casillas en las que se van colocando los
sellos de los refugios, las parroquias y otros establecimientos de
las poblaciones por las que se va pasando a lo largo del Camino.

En principio, no es necesario poner más de
un sello al día, el del lugar donde se pasa la noche, aunque al
recoger la Compostela en la Oficina del Peregrino de Santiago
“aconsejan” haber recogido al menos dos sellos diarios. Además
del cuño del albergue o el establecimiento donde se ha pernoctado,
sirve cualquier cuño en el que conste el nombre de la localidad que
has atravesado.
Puedes conseguir la credencial en las sedes de los
Obispados, en algunas parroquias y en
las Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago.
El peregrino
documentado con la credencial no
adquiere ningún derecho ni ninguna obligación,
por lo que únicamente le corresponde a él proporcionarse los medios
para llevar a cabo la peregrinación: comida, alojamiento, etc. Nadie
puede exigir nada por su condición de peregrino, aunque la
credencial da acceso a los albergues.
¿DÓNDE SE SELLA EL CREDENCIAL?
La impresión de los sellos en la credencial
sirve para certificar el paso del peregrino por las distintas
poblaciones del Camino de una forma ordenada y continuada. De este
forma se puede comprobar con facilidad que ha recorrido el Camino
correctamente.
Hay dos tipos de sellos:
Sellos oficiales:
son los que se obtienen en las iglesias, las parroquias, los
ayuntamientos, los albergues y otras instituciones civiles y
eclesiásticas. Según la Oficina de Acogida al Peregrino de
Santiago, son los que verdaderamente acreditan que el peregrino ha
completado todas las etapas.
Sellos comerciales:
son los que se pueden conseguir en bares, restaurantes, hoteles,
tiendas y todo tipo de establecimientos comerciales. En los últimos
años han proliferado como fórmula para atraer a los
peregrinos, ávidos de estamparlos en sus credenciales.
¿CÓMO SE OBTIENE LA COMPOSTELA?
La compostela es el documento
que acredita que se ha realizado la peregrinación a Santiago.
Este certificado, expedido por la catedral de Santiago, se entrega
a los peregrinos que declaren haber realizado su
peregrinación pietatis causa,
es decir, por motivos religiosos o, al menos, espirituales. En otro caso, cuando los motivos de la peregrinación no
sean religiosos se entrega un diploma (imagen derecha) por haber
realizado el Camino, además, siempre se conservará la credencial
como documento acreditativo.
Para solicitar la compostela, hay que presentar
la credencial en la Oficina de Acogida del Peregrino de Santiago (rúa
do Vilar, 1 - tel. 981 566 577) y haber realizado como mínimo
los últimos 100 km del Camino a pie o los últimos 200 km en
bicicleta o a caballo.
Además, hay que tener en cuenta que, a partir
del año 2009, para obtener la compostela solo
serán válidas las
credenciales otorgadas por la catedral de Santiago o por alguna de
las entidades miembro de la Federación Española de Asociaciones de
Amigos del Camino de Santiago.
Marta Moriana Castro y Cristina Gabarrón Reyes